El corazón siente instintivamente, que hay algo más grande
Y aspira a aquello que siente ser una verdad mágica, que la mente sola no puede alcanzar.
El alma desea remontarse sobre las alas de la intuición y de la libertad, desea bañarse en la fuente de paz y amor.
Pero los diferentes puntos de vistas entre la mente, los sentimientos y la razón, van cortando sus alas y permanece encadenada, impotente y silenciosa.
Es entonces cuando sentimos ese profundo dolor del alma, el cual nos paraliza y nos
abruma. Sentimos sus ansias de volar, de escapar de sus cadenas de ir a ese encuentro mágico con otra alma que un día logro liberarla.
Pero quizás hoy tiempo de volar no es.
domingo, marzo 27, 2005
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